Martina labura en una agencia chica, pero con clientes grandes. Creativa senior, multitasker por naturaleza, y con una habilidad especial para defender ideas en presentaciones sin pestañear.
Un martes a la tarde, después de la quinta corrección de una misma pieza (“¿y si el botón va en azul pero más emocional?”), alguien del equipo le dijo:
—Che, ¿y si probamos esto con Clicker antes de volver a cambiar todo?
Subieron la pieza, eligieron canal, objetivo, contexto… y en minutos tenían feedback real. El cerebro creativo de clicker les mostró que el copy no estaba mal, pero que la imagen no generaba clicks.
Cambiarla les llevó 15 minutos.
El resultado: CTR x3, engagement orgánico, cero cambios del cliente.
Martina no lo podía creer.
Ese viernes, en la daily, lo dijo sin filtro:
—Me cerró la boca una plataforma. Estoy enamorada. (perdón Charly)